En el momento actual en el que nos encontramos podemos decir que nunca antes en la historia de la humanidad los jóvenes habían tenido a su alcance tantos recursos a partir de los cuales interconectarse y acceder a la información.
Para nuestros jóvenes, a los que se les denomina como “nativos digitales”, el acceso a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, y todas sus infinitas posibilidades, forma parte de su vida cotidiana.
Dentro de la dinámica de los movimientos sociales o de la participación se podría hablar de tres formas departicipación on line:
- política o cívica.
- cultural o de ocio
- de amistad o relaciones sociales.
Cualquiera de estas tres formas de participación ‘online’ han dotado a los jóvenes de oportunidades para plantear diálogos sobre cuestiones sociales o políticas, incorporar nuevos conocimientos, modificar actitudes sobre diferentes aspectos predominantes en la sociedad, valores y experiencias vitales, aumentar su capital social, así como para desarrollar conocimientos sobre las normas de interacción entre grupos que pueden facilitarle su participación política y cívica en su vida fuera de las redes sociales.
Es por esto que vemos claramente que las redes sociales, además de proporcionar medios para satisfacer necesidades de relaciones sociales individuales también proporcionan marcos de interacción acerca de elementos de los entornos sociales, culturales y políticos en los que se insertan los jóvenes.
Junto a estos fenómenos de movilización colectiva, o impulsándolos muchas veces, surgen casos de activistas individuales que usan las plataformas y redes digitales para dar a conocer su protesta, buscar aliados y enfrentarse a antagonistas, no hace mucho, inalcanzables. En definitiva, Internet entendida como sociedad del conocimiento y las redes, como metonimia del conocimiento socialmente generado y distribuido ha creado el ecosistema perfecto para la puesta en marcha de iniciativas de activismo y de participación del ciudadano en la sociedad global como no se había producido hasta el momento.
Sin embargo, no queda claro si los jóvenes alcanzan a ver las repercusiones y el potencial, tanto en positivo como en negativo, que pueden tener estas redes sociales, poniéndose de manifiesto que no hace solo una alfabetización técnica digital sino también una orientación en cuanto a los valores que impregnan estas estructuras y los usos que se les puede dar.
Las posibilidades que ofrecen las redes sociales como herramientas para producir cambios positivos en la sociedad, requieren de una mayor implicación y participación activa de los jóvenes.
Hasta el momento, este sector de la población, principal usuario de redes, en líneas generales, no es consciente de que estas herramientas superan con mucho las funciones de promover y reforzar las relaciones interpersonales.

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